
Se van....
Silenciosos, como quizás fue su vida... humilde y silenciosa, hecha de trabajo y sacrificios.
Se va una generación..., la que vio la guerra, la de las privaciones, la de los refugios antiaéreos y la de la ansiosa búsqueda de algo para alimentarse.
Se van manos endurecidas por las calles, caras marcadas por arrugas profundas, memorias de días pasados bajo el sol abrasador o el frío extremo.
Manos que han movido escombros, amasado cemento, doblado hierro, en camiseta y sombrero de papel de periódico.
Se van los del 600, de los primeros refrigeradores, de la televisión en blanco y negro. Los del boom económico que con su sudor han reconstruido esta nación, dándonos ese bienestar del que hemos aprovechado impunemente.
Se va la experiencia, la comprensión, la paciencia, la resistencia y el respeto, virtudes ya olvidadas.
Nos dejan..., envueltos en una sábana como Cristo en el sudario.
Se van sin caricias, sin que nadie les de la mano, sin ni un último beso.
Se van los abuelos, memoria histórica de nuestro país, verdadera herencia de toda la humanidad.
Todos tenemos que decirles gracias y acompañarlos en este último viaje con millones de caricias.
Gracias!!